La medida en la q me escapo del sueño eterno, las noches completas q me paso en desvelo me madrugan en la tibia deseperanza. Ya no sé ni lo que escribo. Me despierto de la vida tan fugaz que se me escapa, como dicen de las manos como el agua. ¿Y qué puedo pedir? Mas que nada en arena profunda me hundo en el trasnoche de una desdichada confusión que a veces me consume. Me descompongo ante tal visión, un mundo en el cual no puedo ni encontrar mi escape de la realidad. A veces despierto a la perdida enternidad de una vida sin futuro. ¿Qué voy a hacer con lo demás? ¿Todo lo que dejo atrás? Me da miedo encontrarme, despertar de este sueño profundo, donde la único que quiero de la vida es volver a vivir lo que ya he vivido, hacerlo la próxima vez con más intensidad. Y cuando él penetra mi cuerpo, me siento tan inútil, tan sujeta a su repsiración, tan parte de él que me lamento. Me lamento el no poderlo ver mas de lo que en realidad quiero. Me quiero ir hasta el fin del mundo por un amor que no entiendo. Por un amor que no acepto. Y me olvido de él. Me olvido del color de sus ojos y de su sabor. Ojalá siempre sepa como suena su voz...